DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v21i56.1140


Ser naturaleza: Una mirada antropológica para cambiar nuestra relación con el medioambiente


Edgar Flores Gómez *


Staid, A. (2023). Ser naturaleza: Una mirada antropológica para cambiar

nuestra relación con el medioambiente. Santiago de Chile: Orjikh.



En la segunda mitad del año 2023, el antropólogo italiano Andrea Staid, publicó su obra titulada Ser naturaleza: Una mirada antropológica para cambiar nuestra relación con el medio ambiente, por lo que se considera uno de los principales trabajos que abordan desde una postura crítica las condiciones actuales en materia social y ecológica, a nivel global. En el mismo sentido, Staid señala que la situación vigente no representa en el fondo algo nuevo, ya que comprende una devastación natural al menos en los últimos tres siglos, lo cual puede explicar de cierta manera, las condiciones actuales, en donde la crisis es una realidad que está compuesta por distintos elementos, los cuales trascienden a la figura del ser humano.

De acuerdo con lo anterior, Staid comparte a partir de sus vivencias, que, hacia finales del año 2022, en el contexto italiano, pudo detectar que existía escases de recursos naturales, como el agua, por lo que vinculó tal fenómeno con los ríos secos en su país y en otras partes del mundo, los cuales estaban acompañados de devastadores incendios forestales que contribuyen a la sequía, al colapso y, en consecuencia, a la muerte. Otro de los elementos que el autor en cuestión recupera, es que se ha cambiado continuamente la tierra por asfalto, lo cual reduce la capacidad del suelo de filtrar el agua, siendo una característica de las sociedades contemporáneas, particularmente occidentales. Es así como se pude hablar de una crisis ambiental a nivel global que tiene distintos frentes y elementos que la determinan.

Siguiendo a Staid, hace un llamado a la antropología en el sentido de entenderla con un papel más activo, al distinguir que la humanidad no tiene compromisos con otras especies y formas de vida, por lo que se recomienda no centrar la mirada antropológica en el ser humano, ya que dejar de lado el antropocentrismo es lo deseable. Se trata entonces de pensar a la antropología como una alternativa que nos permita concebir nuevas realidades, en las que la imaginación sea la base del cambio que se necesita. De similar manera, nuestro estilo de vida en la actualidad, particularmente en las sociedades occidentales, ha estado permeado por una constante mirada en la que todo pueda estar a nuestro servicio, como lo es el caso de los recursos naturales, abonando así a la destrucción del planeta. Se reconoce en consecuencia, que históricamente se han modificado constantemente los distintos entornos naturales, lo cual ha traído, por ejemplo, la contaminación del agua, la tierra y el aire, en suma, la degradación ambiental.

Es así como se pretende contribuir a la comprensión de un concepto como el de la pluralidad ecosistémica o el multinaturalismo, pero, fundamentalmente, se hace el llamado a la toma de conciencia respecto a que es necesario, si se busca transformar hacia bien la situación actual, adoptar posicionamientos que consideren aspectos ecológicos y sociales, como una opción para evitar un desastre global compartido. De tal manera, se sugiere mirar a otros pueblos que han logrado desarrollar en términos históricos y, en la actualidad, relaciones empáticas con su entorno natural y las demás formas de vida, estando así aisladas de los procesos cotidianos de las sociedades occidentales. Aunado a lo anterior, se recomienda reconocer a la naturaleza no como un lugar, sino como un organismo viviente del cual formamos parte, considerarnos como un sistema total, en el cual la comprensión y el respeto, son primordiales por el bienestar en común, por lo que el objetivo es trascender al pensamiento antropocéntrico basado en el dominio, que busca cubrir los requerimientos de un estilo de vida limitado, en un planeta con recursos del mismo tipo.

De igual forma, Staid reconoce que temas como los que expone, ya han sido abordados recurrentemente en las tres últimas décadas, por lo que se puede llegar a cuestionar cuáles son las aportaciones de la antropología para revertir la situación actual. La respuesta se encuentra a nivel cultural, específicamente, en la capacidad de poder aproximarse a otros pueblos que han sido considerados como primitivos, por lo que la apertura a considerar otras posibilidades culturales representa la opción de terminar con el esquema del dualismo eurocéntrico de naturaleza/cultura, dejando así de lado la visión que lo orienta a la posibilidad de pretender gobernar a la naturaleza. Es así como se hace una crítica al Antropoceno, periodo actual en el que los animales humanos tienen un predominio respecto al resto de formas de vida y la naturaleza en conjunto, con la perspectiva que todo está sujeto a sus necesidades particulares.

Para complementar los planteamientos previos y, de acuerdo con autores como Latour, Viveiros de Castro, Descola, entre otros, Staid aconseja replantear a la antropología, en donde se practique una etnografía realista, caracterizada por la relación directa entre el etnógrafo y el grupo social en el que ha centrado su atención, con la finalidad de poder tener en cuenta desde adentro, las formas de organización de los pueblos que están fuera de la concepción capitalista occidental, los cuales constantemente son ubicados dentro del “Sur global”, en donde se suelen establecer relaciones cercanas con las distintas formas de vida que cohabitan el mismo entorno, además de que se les asigna un valor diferente a los recursos naturales, se les considera desde otras posturas allegadas a la preservación. En suma, se recomienda complejizar los abordajes de indagación científica, en donde se reconozcan otras formas de vida, incluso objetos inanimados que guardan una importancia y trascendencia en el devenir de los pueblos.

En el mismo orden de ideas, se recomienda descolonizar el pensamiento, enfatizando en la superación del antropocentrismo, el cual está relacionado con los diversos procesos coloniales a nivel global, que trajeron consigo nuevas formas del pensamiento occidental, adaptadas a cada contexto. En consecuencia, el extractivismo producido por el colonialismo, por ejemplo, en América Latina, África o Asia, ha permitido que avance la lógica de la empresa capitalista, a partir de la extracción de las materias primas que requiere para la producción de sus mercancías, además de fuentes de energía, desde una lógica encaminada a la satisfacción de las diferentes necesidades del denominado “Norte global”. Lo anterior, al distinguir que se establece así una relación desigual en la que la que sólo se benefician los países ricos, mientras que los países pobres, además de encontrarse en un círculo adverso del cual es una utopía poder escapar, también padecen del detrimento y la devastación de sus ecosistemas.

De similar manera, se señala que el calentamiento global, se entiende como un calentamiento antrópico que no tiene precedentes, en donde los megaproyectos extractivos generan graves problemas en el medioambiente, lo cuales se vinculan con los cambios climáticos, al estar sujetos a la economía capitalista actual, la cual se caracteriza por ser una economía, en palabras de Stain, de conquista, rapiña y saqueo, poniendo así en riesgo, la seguridad alimentaria de las poblaciones en las que se realizan dichas actividades. En la misma idea, existe un impacto negativo en las políticas sociales y en los discursos que los gobiernos reproducen, los cuales están relacionados con la búsqueda de un desarrollo social que es nulo o, cuando menos, distante del esperado. Se agrega que tales prácticas no son algo reciente; por el contrario, tienen una tradición de al menos cinco siglos, lo cual aporta a la búsqueda por entender la crisis ambiental actual, que repercute en lo social.

Por lo tanto y, a partir de la presentación de una serie de casos en el contexto latinoamericano, se hace un llamado, por ejemplo, a la fundación de los derechos de la naturaleza, en donde se puedan declarar sujetos jurídicos a los ecosistemas. Se hace el exhorto a practicar una antropología de lo vivo, en la cual se reconozcan las relaciones entre el paisaje (como elemento vivo y en movimiento), los animales no humanos, los animales humanos, quienes forman parte de un mismo sistema y habitan en un solo lugar, el cual se concibe como la naturaleza. De tal manera, se propone la distinción de una matriz compuesta por la vida humana en relación permanente y necesaria con las distintas especies.

Dentro de las alternativas prácticas que se proponen para afrontar la situación adversa expuesta, se encuentra, por ejemplo, la creación de un huerto familiar, ya que se considera como una fuente de alimentos que trae consigo beneficios de distintas índoles, en donde también el ambiente se ve beneficiado. De igual manera, se presenta la posibilidad de la creación de huerto urbano, con el resto de la población de una comunidad, al ser una alternativa loable para la sociedad en su conjunto, además de que implica una opción particularmente en los contextos urbanos, en los que los espacios “verdes” son mínimos o en donde la autogestión es limitada por las propias condiciones del espacio. El objetivo en este momento para Staid, es brindar a los lectores algunos caminos en lo cotidiano y, de forma particular, generar acciones a favor de las demás formas de vida presentes en los entonos que son compartidos, en donde la conciencia, la empatía, el respeto y la responsabilidad sean elementos mínimos para generar nuevas formas de interacción determinadas por intereses compartidos.

En resumen, existen distintos aspectos que impactan de forma negativa en la cotidianidad de los diversos actores, marcando así condiciones adversas que están vinculaos con distintas problemáticas contemporáneas, tales como lo son, los flujos migratorios forzados, además de que se hace un llamado a la toma de conciencia respecto al compromiso con las generaciones futuras, enfatizando en la perspectiva de corte integral que se propone, en donde la figura del ser humano ya no sea central, sino una más a tener en cuenta respecto a las demás formas de vida, los recursos naturales y la naturaleza en general. Se trata así de adoptar un compromiso con “los otros”, en donde exista la empatía por la experiencia ajena. En el mismo sentido, dentro de las acciones a implementar, se hace referencia a la necesidad de tener capacidad imaginativa, principalmente al considerar el contexto actual, en el que se privilegia desde temprana edad, el individualismo, la competencia, las distinciones, las dicotomías, entre otras posturas, las cuales, en conjunto, contribuyen a las asimetrías, limitando incluso, nuestra capacidad de imaginar. Por lo tanto, se considera que la imaginación brinda la posibilidad de producir nuevas condiciones permeadas por la premisa de vivir en una comunidad ecológica y social, en un contexto global.

Con la finalidad de encaminar el cierre de esta reseña, se puede sintetizar que la obra en cuestión implica un llamado a la toma de conciencia respecto a las múltiples situaciones críticas contemporáneas que nos aquejan como humanidad, las cuales no son propias de determinado pueblo o región, por lo que se reconocen como problemas compartidos, los cuales requieren ser atendidos de la misma manera. En términos epistemológicos, la antropología es la alternativa que, por su constitución, propicia abordajes y aproximaciones, particularmente, a los pueblos no occidentales, centrando la atención en los aspectos culturales que se vinculan con formas distintas de interactuar con las diferentes formas de vida, el uso de los recursos naturales, el respeto y la preservación de la naturaleza. En conclusión, en distintos niveles y desde distintas posibilidades, se exhorta a la toma de conciencia y a la adopción de la responsabilidad que tenemos como humanidad con otras especies con las que compartimos un mismo espacio, formando así un sistema compuesto por distintas partes que requieren condiciones mínimas para generar un bienestar compartido, en el contexto global contemporáneo.



DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v21i56.1140


* Profesor en Práctica docente por la Universidad Autónoma del Estado de México y en Ciencias antropológicas por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, México. Correo electrónico: edgar.flores.gomez@alumnos.uacm.edu.mx

Volumen 21, número 56, septiembre-diciembre de 2024, pp. 565-570
ISSN versión electrónica: 2594-1917
ISSN versión impresa: 1870-0063